sábado, 24 de enero de 2009

Uni

Tawnia la Uni isleña

"¡Ay no! ¿Qué está haciendo?" dijo una Uni mientras levantaba sus lentes de sol para ver más allá de la playa.

"No lo sé pero qué horror... ¡está llenándose de lodo!" otra Uni dijo mientras se reclinaba en la otra silla de la playa.

Sin embargo Tawnia no escuchó a las Unis vanidosas. Ella galopó cerca de las olas desenterrando conchas y otras curiosidades que encontró. Contrario a muchas otras Unis a Tawnia no le importaba llenarse de arena húmeda. Ella no entendía como es que las demás estaban tan contentas tan sólo soleándose ¡mientras hay tantas cosas que ver y explorar en la Isla del Misterio!

Con un movimiento de su cola para las Unis molestosas Tawnia se fue al norte de la playa. Encontró algo medio enterrado por la arena. Usando sus patas para desenterrar el objeto pronto descubrió que era una máscara de madera muy extraña.

"Qué curioso" ella murmuró para si mientras la examinaba bajo la luz del sol. Con cuidado puso la máscara en su bolsa la cual usaba para guardar los tesoros que encontraba y se fue al Quiosco de trueque de la isla.

Tawnia puso una mesa para mostrar lo que quería intercambiar. No le gustaba tener que ofrecer sus tesoros pero tenía que comer como todos los demás. Sentada allí continuó examinando la máscara hasta que una sombra cayó sobre ella.

"Oh señorita que máscara tan interesante tiene allí" una voz gruesa dijo. Tawnia alzó la mirada para ver un Techo de aspecto extraño mirándola. "¿Está a la venta?"

El Techo hacia sentir incómoda a Tawnia pero un cliente era un cliente... aunque fuese un poco... extraño. Ella simplemente asentió con la cabeza.

"Se nota que no eres fácil de convencer" el dijo con un tono rasposo. "¿Tal vez pueda convencerte con una buena oferta?" De su extraña vestimenta el Techo sacó una bolsa de Neopuntos y los puso en la mesa frente a Tawnia. "Aquí hay 33.214 Neopuntos. ¿Es suficiente?"

Tawnia asentió con la cabeza rápidamente. ¡Con esa cantidad de Neopuntos no tendría que vender ninguno de sus "tesoros" por todo un año!

Habiendo terminado el trato Tawnia juntó el resto de sus cosas y se fue de vuelta a su casa en la jungla.

Esa noche, un terrible huracán pasó por la Isla del Misterio, tirando las palmeras y creando un caos y destrucción masiva. Tawnia se apuró a llegar a su villa, esperando que ninguno de sus amigos estuviese herido. Sin embargo, una ola de viento poderosa der repente la empujó, abriendo sus alas y lanzándola al aire.

El viento la llevaba como una hoja, pero mientras lo hacía, ella se dio cuenta que este no era un huracán común. ¡Los vientos se centraban en la Montaña Techo! Determinada a descubrir la causa, la valiente Uni peleó contra el viento por lo que parecían ser horas. Justo cuando pensaba que sus alas no daban más, el viento dejó de soplar. Había llegado al ojo del huracán.

Rápidamente, ella voló hacia la punta de la Montaña Techo. En una cueva cerca a la punta, ella vio algo sospechoso, y voló hacia la orilla. Intentando mirar en la oscuridad, Twania creyó ver la luz de una antorcha adentro.

Una figura usando una máscara salió de la oscuridad, agarrándose de su cuello y empezando a hablar en un lenguaje extraño. Tawnia gritó con horror al darse cuenta que era la misma máscara que le vendió al Techo ese mismo día. La Uni retrocedió, e intentó tirar a la figura enmascarada, pero no funcionó. Sin embargo, tenía un plan. Saltando hacia el aire, con la figura aún agarrandola por el cuello, Tawnia voló hacia la pared de viento.

"¡Detente! ¡DETENTE!" la criatura en su cuello gritaba, pero Tawnia tenía el terrible sentimiento de que la máscara que le vendió a ese extraño Techo era la razón del huracán tan violento que estaba destruyendo su isla... ella no permitiría que eso continuara, aunque le costara todo.

Mientras los dos eran absorbidos por el viento, ella sintió como la criatura se soltaba de ella, después vio sin poder hacer nada como los dos caían al suelo.

Tawnia no estaba segura de cuanto tiempo había pasado cuando despertó pero estaba tranquila al saber que estaba bien en una pequeña choza.

"Nos alegra verte despierta Tawnia" una voz amable dijo. La Uni alzó la mirada para ver a Jhuidah. "Fuiste muy valiente pequeña. Vi a la distancia lo que hiciste. Te alegrará saber que una vez que ese malvado Techo se desmayó por la caída el huracán se disipó inmediatamente.

Tawnia sonrió pero después sus ojos reflejaron tristeza. "No debí venderle esa máscara al extraño Techo. ¡Toda la isla pudo haber sido destruída!"

"Pero no fue así" Jhuidah dijo. "Tú la salvaste. Diste todo para corregir tu error y esa es la marca de la valentía. Eres una heroína y toda la isla está celebrando tu victoria."

Tawnia sonrió. "Gracias."

"No gracias a ti" Jhuidah dijo después le hizo un guiño "Sin embargo la próxima vez que encuentres un artefacto extraño en la arena ¡por favor tráelo a mí primero!"

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